28 Jul Cómo conseguir que colabore en las tareas domésticas
Los niños suelen considerar las pequeñas tareas domésticas como obligaciones difíciles y desagradables que les imponen cuando ellos prefieren jugar. Aunque las tareas tengan poca importancia, muchas veces provocan disputas para lograr que se lleven a cabo.
Enseñar a colaborar en casa es algo tan importante como enseñar al niño a hablar, a manipular objetos, a correr, etc. puesto que estimula habilidades tan importantes como observar, escuchar, moverse, asociar ideas, relacionar causas con efectos, etc. Si los padres consideran que cada miembro de la familia debe participar de la responsabilidad de las tareas de la casa, especialmente cuando ambos progenitores trabajan, es mejor hacérselo ver al niño desde el principio para que crezca con la idea de que ayudar en casa forma parte de su rutina diaria normal. Por supuesto, no le deben agobiar con tareas, pero unas pocas y simples responsabilidades ayudarán a sobrellevar el trabajo doméstico y enseñarán al niño a cooperar.
Cuando los pequeños aprenden a realizar por su cuenta tareas domésticas y de autonomía, descargan a sus padres de un trabajo que de otro modo deberían realizar. Al mismo tiempo, comienzan a participar en la vida de la familia de una manera más constructiva.
Mientras son pequeños, a la mayoría les encanta recoger sus cosas. Ayudar a papá o a mamá no es un aburrimiento, para ellos es divertido y hace que se sientan importantes. Les gusta poner la ropa sucia en el cesto y los desperdicios en la papelera. Con frecuencia, no adquieren el hábito de colaborar en casa porque los adultos hacen las tareas por ellos. Al hacerse mayores, los padres cambian de pronto los papeles y les exigen que cumplan con sus obligaciones domésticas, y es entonces cuando resulta más difícil conseguir su colaboración.
Las tareas que se encomiendan deben ser apropiadas a la edad y a la capacidad del niño y los padres siempre deben reforzar el comportamiento con aprobaciones y alabanzas. Resulta útil ir cambiando las tareas a medida que crece, especialmente si hay más de un niño en la familia. Cuando las tareas cambian, el niño pensará con ilusión en las nuevas responsabilidades. Si los padres le dicen: “Aún no eres lo suficientemente mayor para salir solo a la calle y comprar el periódico, pero algún día lo serás”, el niño se sentirá motivado para crecer y asumir la responsabilidad encantado.
El mejor modo de fomentar la colaboración del niño en el hogar es comenzar temprano, cuando ayudar es algo divertido. Enseñar a un niño que tiene determinadas responsabilidades que debe cumplir en su casa, le ayuda a alcanzar un grado de madurez mayor y a convertirse en un adulto responsable y capaz de esforzarse.
Cada miembro de la familia debe responsabilizarse de sí mismo y de las cosas que le correspondan desde el principio, pero con una planificación adecuada y con una guía firme.
Informen al niño, de manera clara y concisa, cuáles son sus obligaciones y establezcan los momentos oportunos para llevarlas a cabo: Poner la mesa antes de la hora de comer, ayudar a retirar los platos al terminar la comida, ordenar sus juguetes antes de ver la televisión, lavar las manos antes de tomar alimentos, cepillar los dientes después de cada comida, llevar la ropa sucia al lugar correspondiente antes de acostarse, hacer su cama o cambiarse de ropa antes de salir de paseo.
Es importante explicar al niño cuál es el momento, el lugar, la tarea a realizar y las consecuencias de hacerlo. Fragmentar la tarea objetivo en pequeños pasos. Por ejemplo, hacer la cama consta de cuatro pasos: 1º Poner la sábana, 2º Extender la sábana de encima, 3º Colocar la almohada en su sitio, 4º Esponjarla. Muestren al niño cómo debe realizar la tarea, explíquenselo mientras lo hacen ustedes mismos. Siguiendo con el ejemplo anterior, pueden decir: “Mira la almohada. Yo la esponjo, ahora hazlo tú”. Elogien su colaboración: “¡Muy bien!, sabes esponjar muy bien la almohada.
Si comete un error, invítenlo a probar de nuevo y ayúdenle a realizar correctamente la tarea. No lo obliguen a repetir tantas veces las mismas cosas que acabe fastidiado o enojado. Si continua haciéndolo mal, ya volverá a practicar al día siguiente. Tan pronto como sepa realizar la mayor parte de la tarea, recompénsenle con cosas que le guste hacer.
Es muy importante que no hagan las tareas asignadas al niño si a él se le olvidan. Cuando deja su ropa en el suelo y alguien la coloca, no aprenderá que es una responsabilidad suya y pensará que a ustedes les da igual que coloque la ropa o no. Vayan a buscarle y pídanle que coloque la ropa o no habrá ganado la recompensa acordada. Deben anunciarle lo que ocurrirá si, a partir de este momento, se olvida de hacerlo.
Tengan en cuenta que, cuanto más tarde comience el niño a ayudar en casa, más difícil les resultará educarlo para que sea constante y ordenado en todo lo que haga. Cuando los padres estimulan adecuadamente a su hijo, hasta el más descuidado se convierte en un miembro colaborador de la familia.
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